Hay muchas cosas que parecen imposibles en un principio, al ver alguna tarea que nos llevará meses o años (como la vez que pensé que construir un set de Lego de 2,552 piezas me llevaría una tarde y me llevó un par de meses literalmente) nos podemos dar por vencidos en un inicio al solo ver el tamaño o lo complicado de la tarea. Esto lo vemos incontables veces en el mundo de la tecnología, tareas que parecen imposibles y que con suficiente tiempo y cerebros se logran, si no veamos la historia de muchos que empezaron en el garage de su casa con poco o nada de dinero y luego construyeron verdaderos imperios como HP, Apple, Virgin o Gilt.
Las cosas parecen así, imposibles solo cuando no las hemos intentado. Hay que dar ese paso en el proyecto que tengas al frente, sea tu start-up, aprender a programar una página web, empezar tu propia PC Raspberry Pi o el proyecto de la competencia que le quieres poner a Google Glass en Kickstarter, todo es imposible hasta que se prueba lo contrario. Los seres humanos somos inventivos por naturaleza, nos gusta explorar, probar, experimentar y sentir que es lo que podemos hacer con suficiente determinación. Este es el mensaje que Coca Cola Zero tiene en su última campaña, la base de poder crear el sabor de Coca Cola normal en un producto de cero calorías, es como crear lo imposible. Hacer lo posible imposible.
Pero viene acompañada de una muy curiosa innovación: Las latas y etiquetas de las botellas de Coca Cola Zero tienen impresos cientos de nombres, los más comunes y utilizados para que busques dentro de millones de ellas el tuyo y la hagas propia, tu propia lata de Coca Zero. Para los que tengan un nombre no tan común podrán pedir que se imprima el suyo, usando el hashtag #QuieroMiCCZero y las que tengan suficientes menciones entraron a producción. Al final es hacer esto, crear experiencias únicas para los que día a día hacen posible lo imposible. Y así es cuando tenemos ese reto al frente, todo parece difícil, hasta que lo intentas.